La memoria

Por: María Döring 


Es como una señal intermitente, fragmentos de memorias que se cuelan por la espina dorsal recorriendo cada espacio de la columna, electrificando lo más hondo del abismo de la conciencia.

A veces es tan claro, otras tan lejano, algunas junto a mí, muchas imposibles de distinguir. Me despierto y me siento ausente, recuerdo cada detalle y respiro. Es un eco, que rebota una y otra vez en mi mente, que abre las puertas del laberinto de la memoria. Basta una sola imagen para evocar una serie de retratos confusos, de recuerdos inventados de una antigua ilusión. Memorias creadas a través de mis deseos, de mis frustraciones y ausencias que lleno con tu presencia en mis sueños ¿Qué es esto que vivimos que me parece tan distante y a la vez cala tanto en la mente?

Te recuerdo, te sueño de forma involuntaria y a la vez adictiva, tan necesaria. Me eres algo desconocido y a la vez te vivo como si te conociera de toda la vida. En este laberinto interminable de pensamientos que no puedo controlar, me pierdo en cada una de las esquinas cada vez que topo pared y miro a un cielo inexistente en busca de alguna señal, en busca de tu voz.

La memoria interminable jamás descansa, sólo se pierde, se fragmenta y se desarma una y otra, y otra vez.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Abrazo

A veces me quedo quieta, pequeña y encogida. Me abrazo a mí misma para así soslayar el frío. Pocas veces miro atrás, a buscar atisbos de lo ...